PALOMITAS

Artículo que realicé para MUSICOMANÍA - Boletín informativo de la Banda de la Escuela de Música de Bullas - y que aparece en el Nº 40 (del 9 de Noviembre al 1 de Diciembre de 2005)

“Un hombre está en una caseta de feria tirando una y otra vez con una escopeta a un objeto determinado. Por mucho que lo intenta no consigue dar en el blanco. De vez en cuando consigue rozar su objetivo. Y después de insistir tantas veces, finalmente, acaba por darle en alguna ocasión...”
Claro, tanto tirar al mismo sitio al final acabas por darle aunque sea solamente una vez. ¿Pero no sería mejor que ese hombre aprendiera una cierta técnica como la posición correcta de la escopeta, un enfoque más adecuado, y otros detalles más específicos en esta materia, que le permitiera disparar de una manera mucho más infalible pudiendo acertar más veces en mucho menos tiempo? Pues eso mismo ocurre en multitud de ocasiones cuando intentamos hacer cosas, como por ejemplo, sacar las notas de una canción. Alguien nos dice unas notas y nosotros intentamos completarla de la mejor manera que podamos. Vamos probando con una nota, luego con otra... hasta que finalmente los que más insisten consiguen completarla con más o menos éxito. Pero no nos damos cuenta de que eso es como ir pegando tiros, a ver si atinamos alguna vez. Y cuando acertamos, muchas veces depende del azar y de la casualidad. Basta recordar que “hasta un reloj parado marca dos veces al día la hora exacta.” Procediendo de esta manera todo esto nos puede llevar bastante tiempo. Es más, como se procede sin una orientación determinada tampoco se puede calcular el tiempo exacto que vamos a tener que dedicarle. Y es que para sacar las notas de una canción debemos tener en cuenta algunas nociones teóricas que ya aprendimos en las clases de solfeo, pero que cuando llega el momento de la verdad, no las utilizamos. Si se estudian son precisamente para aplicarlas, y no solamente para sacar las notas de una canción. También son válidas para estudiar, analizar, tocar e interpretar las partituras. Antes que nada, debemos preguntarnos, entre otras cuestiones, si esas notas que vamos a buscar pertenecen a una melodía en modalidad mayor o menor, ya que la mayor parte de la música que escuchamos habitualmente recurre precisamente a estos dos tipos. Después debemos elegir una nota sobre la que giren todas las demás. O lo que es lo mismo, debemos buscar la Tónica, el I grado de la escala. Por lo tanto es fundamental saberse muy bien, como si de las tablas de multiplicar se trataran, todas las tonalidades existentes con sus correspondientes modalidades desde su posición natural hasta los 7 sostenidos y los 7 bemoles. Por ello, es necesario conocer todas sus características, además de tener un buen dominio de los intervalos... Vamos a coger por ejemplo un fragmento de la canción: “Palomitas de maíz”, que es una canción que data de 1969, de la que se han realizado más de 150 versiones y que actualmente está muy de moda. Lo primero es saber si la canción está en modo mayor o menor. Con los conocimientos adquiridos anteriormente debemos apreciar que dicha canción está en modalidad menor, más concretamente menor natural. Como sabemos que existen dos tonalidades que son modelo para cada modo, podemos elegir como Tónica la nota DO cuando sea Mayor y LA cuando sea menor. Como estamos en modo menor vamos a elegir como Tónica la nota LA (Ver ejemplo 1a). Para saber como suena esta escala podemos tocarla en cualquier instrumento o simplemente la cantamos. De esta manera ya podemos saber de antemano las notas básicas sobre la que se fundamentará toda la melodía. Precisamente todas las notas que estamos buscando pertenecen a dicha escala. (Ver ejemplo 1b). Si la analizamos detenidamente vemos que falta solamente el IV grado (RE). Pero si armonizamos la melodía seguro que esta nota aparece también. Si queremos que la canción suene con otros sonidos, podemos transportar todas esas notas a otras tonalidades. Es decir, podemos cambiar la Tónica a cualquier otra nota que queramos, manteniendo en todo momento las mismas distancias de los intervalos, bajando o subiendo octavas y eligiendo la Tonalidad que más nos guste o las que mejor se adapten a las diversas características de nuestro instrumento (Ver los ejemplos 2a, 2b, 3a y 3b).

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